El sarro
La saliva del gato contiene sales minerales y el sarro se produce por
una acumulación de esas sales minerales en la placa dental. Éstas se
adhieren a ella provocándolo. Al acumularse el sarro, se inflama la
encía y los tejidos que unen la pieza con el alveolo dental. Es
frecuente que el diente afectado por el sarro acabe cayendo.
La resorción dental
Enfermedad que sufren un 60% de los gatos aproximadamente. Las
posibilidades de que el gato la padezca aumentan con la edad. La
resorción dental consiste en la aparición de una inflamación de los
tejidos adyacentes al diente. Esta hinchazón hace que poco a poco vaya
haciéndose más frágiles hasta romperse. La raíz se destruye, y puede dar
lugar a trastornos de gravedad.
Los síntomas que puede presentar tu gato si la padece es un babear
constante. También se pueden negar a comer o bien se muestran
hambrientos ante su plato, aunque no llegan a comer. Se desconoce la
causa que origina esta enfermedad.
La Gingivitis
Es una inflamación de las encías. El primer síntoma que podemos
observar es la aparición de una zona roja alrededor del diente. Las
causas de esta enfermedad son varias: raíces de dientes que han quedado
alojadas dentro de la encía, depósitos de sarro, una alimentación inadecuada, infecciones, trastornos del metabolismo, etc.
La gingivitis favorece el sangrado y dolor de las encías. Puede
provocar incluso la perdida de piezas dentales. La enfermedad debe ser
tratada inmediatamente, pues de no ser tratada puede derivar en una
infección general, en una miocarditis bacteriana (infección del tejido
muscular cardíaco) o malas digestiones.
Tratamiento y prevención de las enfermedades dentales
El tratamiento se basa en la eliminación de la placa dental, en un
saneamiento del periodontio y en tratamientos antibióticos que controlen
la infección bacteriana y disminuyan la gingivitis. Este tratamiento
consiste en realizar al gato una limpieza bucal, que el veterinario
efectuará mediante una suave anestesia.
Mucha gente utiliza tratamientos caseros, aunque no suelen dar
resultado y pueden ser hasta peligrosos. Así que en estos casos no te
dejes aconsejar por amigos o familiares y acude a tu veterinario.
Si la enfermedad se encuentra en sus comienzos, bastará con la
administración de antibióticos. No te retrases en acudir pues en los
casos más graves, puede ser necesaria la extracción de algunas piezas.
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